Vamos a las certezas: como decía, los precios industriales en Estados Unidos sí reflejan un repunte en el coste de los insumos y cierta presión en su abastecimiento. Del mismo modo, los buenos datos de ventas minoristas parecen apoyar un posible repunte de la inflación. Pero quizá no sea oro todo lo que reluce, porque los datos de peticiones de subsidio por desempleo conocidos ayer fueron peores de lo esperado. Bien es cierto que en una economía con un mercado laboral tan flexible como es la americana, las malas noticias de ayer se pueden revertir tan pronto como la próxima semana. Y para qué mentir: ¡quién nos diera a nosotros una tasa de desempleo entre el 6 y el 7%!
Como en los mercados nos dedicamos a descontar cosas que todavía no han sucedido (compra con el rumor y vende con la noticia), los principales activos llevan casi toda la semana reflejando en sus cotizaciones dichas expectativas. La gran perjudicada, por ahora, la deuda pública, que corrige exigiendo que la rentabilidad real obtenida no disminuya. El treasury americano lleva varias sesiones coqueteando con el relevante nivel del 1,3%, veremos qué sucede. Asímismo, las bolsas parecen haberse olvidado en las últimas tres jornadas de los resultados empresariales y las campañas de vacunación para reflejar dicho previsible crecimiento futuro de la inflación, con los valores de crecimiento, los que se han dado en llamar “de quedarse en casa”, sufriendo más, fruto del efecto de la matemática financiera sobre el descuento en el crecimiento de sus flujos de caja futuros.
Dicho esto, podemos empezar con las cábalas, que se resumen rápido: ¿creemos que habrá inflación? Sí. ¿Creemos que será sostenida en el tiempo? No. Fin de las cábalas.
Y para acabar, vamos con nuestra ración de política diaria: Biden ya está dando pasos hacia una actitud mucho más constructiva en las relaciones internacionales. El presidente señaló que se plantearía volver al acuerdo nuclear con Irán si el régimen islámico se compromete a cumplirlo. Por otra parte, con China se está evaluando si los aranceles siguen vigentes o se suprimen, con Janet Yellen defendiendo en cualquier caso la competencia desleal que China realiza en algunos ámbitos. En fin, todo lo contrario a lo que sucede aquí, donde cada vez el tono es más bronco entre los políticos, con algunos pidiendo libertad de expresión para el enaltecimiento del terrorismo mientras piden controlar a los medios. ¿Entonces la libertad de expresión es para unos sí y para otros no? ¿o cómo? Seguro que me estoy perdiendo algo…
Buen fin de semana.
Llámanos 
