Ayer tuvimos una jornada sin grandes referencias, en la que los principales índices bursátiles se apuntaron subidas importantes. Todos los sectores cerraron en positivo, algo que casi es noticia por la cantidad de rotaciones que hemos visto en los últimos meses. Esta «tranquilidad» ha hecho que el VIX —que mide la volatilidad implícita en las opciones del S&P 500— haya pasado de 38 a 20 en apenas diez sesiones. Un buen termómetro del sentimiento del mercado y cuyas caídas deberían apoyar un posible rebote de las bolsas en el corto plazo.
Si nos fijamos en la encuesta que realiza la Asociación Americana de Inversores Individuales (AAII), vemos cómo todavía hay una parte importante del mercado que está negativa o neutral con las bolsas para los próximos seis meses:
Tal y como hemos venido contando en alguna ocasión, este tipo de encuestas suelen servir como indicador contrario. Es difícil mantener una tendencia, en este caso bajista, cuando todo el mundo está posicionándose en una dirección. Tras varias semanas en las que el mercado ha anticipado muy rápido un escenario de normalización monetaria (que probablemente tardaremos unos años en ver), los resultados empresariales están siendo el catalizador necesario para un cambio de sentimiento.
En otro orden de cosas, la Cámara Baja de Estados Unidos —con mayoría demócrata— envió al Senado un proyecto de ley para evitar el cierre de la Administración federal en diez días. Momento en el que expiran los fondos que permiten a las administraciones públicas seguir funcionando. Sería extraño que no saliese adelante, pero llama la atención la cantidad de veces que hemos leído esto en el último año. Y lo que es peor, EE.UU. lleva desde 2001 sin tener superávit federal:
No parece que sean los más interesados en una normalización «rápida» de las políticas monetarias. Veremos.
Feliz jueves.