Rusia exigirá a aquellos países que impusieron restricciones a sus bancos a comprar rublos para poder pagar el suministro de petróleo y gas. Una medida que busca contraatacar y reabrir el grifo de divisas extranjeras que las sanciones occidentales habían cerrado tras el inicio de la invasión. “De pronto, todo el mundo sabe que, como se sospechaba, las obligaciones en dólares y euros pueden ser incumplidas”, agregó Putin. “Está claro que suministrar nuestros productos a la Unión Europea y a Estados Unidos y recibir el pago en dólares, euros u otras monedas no tiene ningún sentido para nosotros”, añadió el mandatario. Recordemos que, entre otras medidas, las naciones occidentales —incluida Suiza— congelaron los cientos de miles de millones de dólares del fondo en divisas extranjeras que tenía el Kremlin para situaciones de emergencia, y a esto se han unido diversas sanciones más, como la confiscación de bienes de oligarcas en sus territorios y la retirada de Visa y Mastercard de la banca rusa. Desde luego esto nos confirma que tenemos conflicto para rato.
Como era de esperar, las bolsas reaccionaron a la baja, aunque mucho menos que en los primeros compases de la invasión. Parece que el mercado ya está empezando a acostumbrarse a la narrativa actual. Y esto es quizá lo más peligroso. Cada semana que pasa y el conflicto no se resuelve, las probabilidades de una recesión severa en Europa aumentan. Si a esto le añadimos los desafíos que ya teníamos encima de la mesa —inflación, materias primas o la más que previsible subida de tipos de interés— la situación merece algo más de prudencia.
Por otro lado, Jamie Dimon —CEO de JPMorgan— ha instado al Gobierno de Estados Unidos a crear un «Plan Marshall» para mejorar notablemente la producción de energía doméstica europea, en particular de gas natural. Pide que se construyan más instalaciones de gas natural licuado en la región, menor dependencia de las importaciones de energía rusas e invertir en nuevas tecnologías energéticas como el hidrógeno. Esto suena muy bonito e idílico, sobre todo si es su banco el que «ayuda», pero una instalación de gas natural (o de cualquier otra cosa) no surge mágicamente de la noche a la mañana. Cualquier construcción de esa magnitud necesita unos cuantos años, por lo que en un hipotético «Plan Marshall 2.0» seguiríamos teniendo los mismos problemas a corto y medio plazo. Por no hablar de la deuda.
Hoy tendremos una agenda macroeconómica bastante intensa: PMI en Japón, Europa y EE.UU.; nuevas peticiones de subsidios por desempleo y pedidos de bienes duraderos en EE.UU. También tendremos declaraciones de algunos miembros de la Fed (Waller, Evans y Bostic). ¿Se sumarán a Bullard (San Luis) y Loretta Mester (Cleveland) en su firme alegato por una política monetaria más agresiva?
Feliz jueves.