Los mercados han entrado en un estado de transición que nos está llevando de la euforia, al «Quién sabe dónde» de hoy.
Política, inflación, consumo, otro poco de política, banco central,… Y, sin embargo, vivimos atados al miedo de que la volatilidad despierte por algo incontrolable y nos pille con el pie cambiado.
Hablamos de política internacional porque es lo que manda y así ya nos quedamos preparados para las bravatas del fin de semana. Y es que la última novedad en esta materia es que Fillon parece cada día más un cadáver político, aunque para frenar a Le Pen candidatos no faltan, a pesar de que no todos presenten un programa igual de atractivo en lo económicamente rupturista.
Ahora pasamos al repunte de la inflación producido en los últimos meses, que, a excepción de EEUU, ha venido de la mano de la energía en todo el bloque desarrollado en su conjunto… y en parte del emergente. Ese es el mensaje que los banqueros centrales se están esforzando en acomodar en la mente de los inversores. Es decir, que si la presión en precios no viene del lado de la demanda, que es lo mismo que decir que tiene que producirse por la mejora de la actividad económica, no hay que cotizar subidas masivas de los tipos de interés. Así al menos se expresa el BCE, y también así es como se puede interpretar la calma con la que está respondiendo el Banco de Inglaterra a la depreciación de la libra.
Recién salido del horno de las políticas monetarias, el PBoC chino ha elevado un 0,1% esta madrugada los tipos a un mes con el objetivo de ponerle algún obstáculo a la fuga de capitales que viene sufriendo en los últimos meses. Aunque siempre queda la opción de venderlo como un síntoma de estabilización de la economía del gigante. Además, el PMI manufacturero que elabora Caixin ha sido una pequeña decepción al quedarse por debajo de las expectativas y de la lectura anterior, si bien aún suma 51 puntos.
En términos de resultados corporativos, Amazon a nivel global y Popular en el nacional, son de lo más destacado. En cuanto a la empresa que tanto ha hecho por «alterar» el comercio minorista internacional, sus ventas crecían un 27%, ayudando a multiplicar por cuatro el beneficio. Diferente historia es la del banco español, cuyas pérdidas de récord no hacen sino aumentar el barrunto de un nuevo castigo al accionista en forma de la otra ampliación de capital más.
Buen fin de semana.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones