Toca reunión de una primera ministra denostada por su propio gabinete con una Unión Europea que no termina de tener claro si adoptar una postura de hierro o apiadarse con aquellos que votaron lo que ahora no quieren afrontar.
Y la fecha límite es cuestión de días, pero aquí seguimos, sin solución.
En cuestión de soluciones, EE.UU. tiene todas las de optar por la vía rápida. Visto que el desplome (plenamente justificado) de Boeing puede restar algunas décimas al PIB norteamericano, desde Washington pueden reaccionar contra las ayudas estatales de los estados europeos a Airbus con el mismo bloqueo, extensible además a otra serie de productos de la región. Un aviso a navegantes muy propio de la Administración Trump, cuestionable quizás en sus métodos, pero decidida a defender los intereses norteamericanos.
Precisamente ahora Europa no está como para jugarse sanciones que ahonden en el «bache» económico. Especialmente si se trata de comercio exterior, donde el gran exportador que es Alemania ha demostrado que algo pasa, también dentro, visto que la caída es cosa tanto de las exportaciones como de las importaciones. Al menos y para compensar, el indicador de confianza económica Sentix ha recuperado terreno, lo que ayuda a aquellos que creen que lo peor de esta desaceleración (veremos si) temporal ha quedado atrás.
Buen día.
Llámanos 
