Donald Trump no tardó ni un día tras la declaración como pandemia, por parte de la OMS, de la crisis del coronavirus en prohibir la entrada de vuelos procedentes de Europa. Ya están estudiando la forma de articular un extenso paquete de estímulos fiscales que vayan directos a la renta disponible de las familias.
Aquí, en Europa, el mercado y los Gobiernos están esperando que los bancos centrales nos saquen de esta. Christine Lagarde ya se ha apresurado a comunicar que son los Estados los que tienen que tomar medidas para frenar la propagación del coronavirus y que, de no hacerlo, podríamos enfrentarnos a una crisis incluso peor que la de 2008. Hoy se reúne el consejo de gobierno del BCE y de ellos se espera que aumenten el programa de compras, faciliten la financiación de las pequeñas y medianas empresas, y flexibilicen de alguna forma los mecanismos de solvencia de las entidades bancarias (requerimientos de capital, coeficiente de caja o, a imagen y semejanza del Banco de Inglaterra, reduzcan los niveles del colchón contracíclico).
En este entorno nada halagüeño ya se puede hablar, además, de mercado bajista en Wall Street, con el Dow Jones habiendo perdido más de un 20% desde sus últimos máximos, y el S&P 500 muy cerca de sumarse a la causa.
Buen jueves.
Llámanos 
