El brexit se ha cobrado su primera víctima.
Thomas Cook, la compañía turística británica por excelencia, se declaraba esta misma mañana en quiebra nombrando un administrador para su liquidación. La empresa había solicitado una nueva línea de financiación de 200 millones de libras de liquidez que sus acreedores no le concedieron, dejando perdidos a su suerte a 600.000 turistas en todo el mundo. Y sí, señalamos directamente al brexit porque así lo hicieron los responsables de la susodicha, muy perjudicados por la depreciación de la libra y por la incertidumbre que genera todo el proceso de ruptura, que modifica de forma importante las decisiones de viaje de los turistas. No creemos que a Boris Johnson le toque directamente, pues es previsible que no utilice a Thomas Cook para organizar sus vacaciones, pero los 150.000 ciudadanos británicos afectados son también votantes en el caso de que se produzcan elecciones próximamente en las Islas.
Puede que algunos de estos viajeros que se han quedado sin billete de regreso se encuentren en París, en cuyo caso puede que hayan vivido una nueva jornada de protestas de los “chalecos amarillos” (aunque ya pocos continúan utilizando esta prenda). El sábado se vivían momentos de tensión, con más de 100 detenidos que se manifestaban cerca de los Campos Elíseos, en concentraciones prohibidas por el gobierno galo. Con la del sábado se sumaban ya 45 jornadas de tumultos.
Algunos de estos movimientos coincidían con los convocados a nivel mundial contra el cambio climático. Millones de personas en 2.900 ciudades de todo el mundo se unían para pedir a los líderes políticos que tomen medidas contra el calentamiento global. Era la antesala de la Cumbre de Acción Climática de la ONU que se celebra hoy en Nueva York. Aun siendo en terreno americano, no se espera la participación ni de Estados Unidos ni de Brasil, y China y Rusia estarán representados por perfiles secundarios. Veremos si la concienciación de los dirigentes mundiales se transforma en acción en vez de en palabras.
Por último, pero no menos importante, no podíamos dejar de hablar de la animada agenda exterior del presidente Trump. Las buenas noticias: que la cancelación de una visita por parte de la delegación china y su partida prematura de vuelta a casa, que en un principio preocupó a los mercados, no se debió a problemas en la negociación, sino a una acción consensuada entre ambas partes. Con respecto a la tensión existente con Irán, Estados Unidos ha enviado más tropas a Arabia Saudí, aunque el secretario de Estado, Mike Pompeo, ha declarado que su prioridad es la de evitar la guerra. Y los hutíes yemeníes han propuesto una tregua. Aun con todo, el petróleo se mantenía fuerte al existir dudas sobre la capacidad de Aramco de recuperar la producción en los plazos comunicados.
No podíamos irnos sin comenzar a despedirnos poco a poco de Mario Draghi, del que tantas y tantas veces hemos hablado en estas líneas. Hoy asistirá a su último «diálogo monetario» con el Comité de Asuntos Económicos y Monetarios y prestará su último servicio como presidente de la Junta Europea de Riesgo Sistémico. Nos queda poco más de un mes para decirle definitivamente adiós.
Buena semana.