Llevamos ya unos días dentro de un mercado lateral, en el que los inversores no terminan de decantarse por las subidas o las bajadas, ya que las incertidumbres siguen presentes, pero los bancos centrales y los gobiernos sirven de sostén para los mercados.
Ayer tocaba retroceder en los mercados de renta variable porque los informes mixtos sobre la economía estadounidense destacaron su incierto camino y aumentan las preocupaciones por una nueva ola de infecciones por coronavirus y el impacto potencial en la recuperación. Mientras que las ventas minoristas de junio de los Estados Unidos llegaron más fuertes de lo esperado, el número de reclamaciones iniciales de desempleados presentadas durante la semana que terminó el 11 de julio no cumplió las expectativas, con un descenso de solo 10.000 personas con respecto a la semana anterior.
Por su parte, el Banco Central Europeo dejó su paquete de política monetaria sin cambio y a partir de ahora mantendrá un enfoque de esperar y ver cómo se recupera la economía de la eurozona antes de tomar nuevas medidas. En junio, los responsables políticos aumentaron el tamaño del programa de compras de emergencia pandémica (PEPP) del BCE de 600.000 millones a 1.350 millones de euros, apoyando la reducción de los costes de endeudamiento de los gobiernos de los estados miembros, en su lucha por impulsar la demanda en sus economías y evitar la quiebra masiva de empresas. Los responsables monetarios vieron pocas razones para ampliar el tamaño del paquete a medida que la recuperación económica da muestras de estarse afianzando. La presidenta Lagarde señaló que no dejará que la política monetaria se vea limitada y espera gastar la totalidad de su programa de compra de bonos pandémicos en respuesta a las sugerencias de otros miembros de la junta de que esto puede no ser necesario.
Esta decisión provocó una caída generalizada de las rentabilidades exigidas a los principales bonos soberanos europeos, al igual que de la deuda del Tesoro de los Estados Unidos, en otra sesión de bajo volumen ante la falta de un catalizador de precios significativo al otro lado del Atlántico.
En cuanto a la temporada de resultados, los principales bancos norteamericanos han presentado ya sus cuentas y muestran un aumento de los ingresos. Sin embargo, han aprovechado para incrementar sus provisiones de cara a un aumento significativo de las quiebras. Por ahora esperan que las empresas de centros comerciales y energéticas sean las más afectadas, sectores que se han visto muy perjudicados por el impacto económico de la pandemia y que ya han empezado a solicitar el concurso de acreedores. En cuanto al resto de compañías, aún es pronto para sacar conclusiones, pero todo apunta a una caída de los beneficios superior al 20%.
Hoy tendremos los datos de confianza de los consumidores elaborados por la Universidad de Michigan y el IPC europeo como principales referencias, por lo que los resultados empresariales podrán ganar un poco más de protagonismo en un mercado que poco a poco da muestras de que cada día hay más inversores de vacaciones.
Buen fin de semana.