Sólo el petróleo faltó a la fiesta de los mercados en el día de ayer.
Y es que el hecho de que los inventarios estén descendiendo más lentamente de lo que se esperaba no termina de ser buena señal, antagónica a todo lo bueno que viene mostrando el calendario de indicadores mundial.
Pero como decíamos, las bolsas reaccionaron muy positivamente en Europa, que no en EEUU, donde los niveles alcanzados dificultan los movimientos extremos al alza. Lo primero diríamos que es la política, pero no. Lo primero es la macroeconomía, porque el PMI compuesto de la zona euro toca máximos de seis años gracias tanto a los países core, como a los periféricos, lo que hace sumar más argumentos a la solidez no sólo con la que abría el año la región, sino a la que apunta para los próximos meses. La subpartida de empleo ha sido de las contribuidoras a este crecimiento, entendible después del dato mensual de récord en España.
En lo que respecta a la política no hubo novedades significativas más allá de contrastar que el debate podría estar pasándole factura a Marine Le Pen, lo que viene a a convertirse en una marcada mejora del sentimiento. Así que ahora ya sólo queda esperar a lo que decidan los franceses este domingo.
Todo lo europeo eclipsó por completo a EEUU, donde no había ninguna cita económica o financiera de relevancia prevista, pero sí política. Y posiblemente por extensión se traslade de alguna manera a los mercados. Y es que con la derogación del Obamacare, Donald Trump, además de cumplir con parte de una de sus grandes promesas, aumenta notablemente su capital político tras el fiasco anterior. De esta manera todos los esfuerzos de la Administración ya están libres para centrarse en lo que de verdad importa a la mayoría de estadounidenses y no estadounidenses, que no es otra cosa que la reforma fiscal.
Buen fin de semana.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones