¡Qué alegría! ¡Qué alboroto! ¡Nos ha tocado el perrito piloto! Y me refiero nada más ni nada menos que a Mario Draghi, el cual, a pocos meses de dejar la presidencia del Banco Central Europeo, ha dado a los mercados financieros un nuevo «chute» de esa droga de la que mostramos tanta dependencia: los estímulos monetarios.
Ayer, queridos amigos, tuvimos una nueva versión del archiconocido whatever it takes, pues probablemente marcará un hito en la política monetaria del BCE poscrisis, del mismo modo que lo hizo la mencionada frase. No se esperaban grandes mensajes en la reunión de banqueros centrales que se está celebrando en Sintra, y más cuando al italiano se le conoce por su férreo control de todas y cada una de las palabras que utiliza en su discurso. Pero imagínense nuestra sorpresa cuando lo que sale de su boca es la posibilidad de nuevos estímulos (de toda variedad de tipos) si el estado de la economía comunitaria no mejora. Y por economía se refiere, principalmente, a la inflación, que lleva bastante tiempo lejos de su objetivo del 2%. Lo de si ese nivel de referencia, o la forma de medirla, o la cesta que la integra es anticuada o no es un debate para otro día. ¿No, Súper Mario?
Cómo no, las bolsas celebraron las palabras con subidas por encima del 2% en muchos casos. Y los bonos hicieron lo propio con caídas de rentabilidades que llevaron al bund alemán a romper la barrera del -0,3%, el bono español por debajo del 0,4%, el francés en niveles de 0%… Todo un festival.
Señora: ¿quién dice que no toca? ¡Si no es un peluche, es una pelota! Porque ayer era día de verbena y Donald Trump también estaba de buen humor. Después de semanas con el tira y afloja dialéctico con China, el presidente norteamericano anunciaba que había mantenido una conversación con su homólogo chino, que esta había sido muy productiva y que se reunirían en Osaka. Pero no solo eso, sino que una delegación de funcionarios de ambos países harían lo propio antes de la gran cita para prepararla. ¿Qué más podemos querer?
Pero Trump siempre ha tenido un espíritu de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, por lo que no todo podía ser tan bonito. Así, volvió a poner en duda la continuidad de Jerome Powell al frente de la Reserva Federal en función de lo que pase hoy. Que el poder ejecutivo se inmiscuya en los asuntos de política monetaria no está muy bien visto pero, por ahora, sus abogados comezarán a estudiar la legitimidad que el presidente tiene para hacer esto. Papeleta la que tiene hoy Powell: se juega su puesto, el devenir de los mercados y quizá el de la economía americana y, por extensión, la global.
Buen día.