Con una corrección como la que se está produciendo en estos momentos, hay versiones que apuntan en todas direcciones, pero la de la recesión es quizás la única de la que todavía no se habla. El PIB norteamericano del tercer trimestre se encargó de ello con una lectura por encima de lo esperado que demuestra que el consumo, vital para esta economía, no ha perdido el tipo. La señal de alarma viene del lado del descenso de la inversión, pero no es algo por lo que haya que empezar a hacer dramatismo.
Tampoco los indicadores de confianza del consumidor están justificando una llegada inminente al borde del precipicio. En EEUU el de la Universidad de Michigan, que aunque ha perdido unos pocos puntos, lo hace desde niveles todavía cercanos a máximos. Y en Alemania el Gfk más o menos en lo mismo y sin recoger (quizás más adelante lo haga) el fuerte retroceso que están sufriendo los dos partidos clásicos alemanes, mucho en favor de una Alternativa por Alemania que ya está presente en los parlamentos de todos los länder.
A cambio de un escenario macroeconómico muy lejos del fondo del ciclo está toda la problemática política con papel destacado para Italia, que el viernes salvó al match ball de S&P, que ha dejado de momento el rating soberano estable, pero cerca de pegarle un hachazo más pronto que tarde. Y el brexit y Trump/China y todo lo que ya nos conocemos desde hace más tiempo del que parece, pero ahora habrá que ver si también a Bolsonaro hay que empezar a hacerle un hueco en las crónicas diarias del ruido para los mercados.
Buen día.