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01/09/2016 AUTOR: Amílcar Barrios Vilallonga Morning meeting

No nos gustará y nos cansará

No nos gustará y nos cansará

Buenos días.

No nos gustará y nos cansará, pero de aquí a tres semanas, más nos vale hacernos a la idea de que la Reserva Federal va a tener el monopolio casi exclusivo de los mercados financieros.

Que este dice A, activos de riesgo al alza. Que el de al lado dice B, a la baja. Ayer fue uno de esos días en los que quedó patente que el FOMC no es un ente monolítico, pues en un mismo evento dos de sus miembros defendieron posturas contrapuestas, es decir, a favor y en contra de subir tipos ya.

El informe de empleo que se publica mañana, correspondiente a agosto, va a ser capital para la toma de una decisión que sin duda trascenderá más allá de EEUU. La duda es cómo reaccionará el mercado, con nuevas subidas porque la economía mejora, o con descensos por culpa de la adicción a las políticas monetarias ultraexpansivas. De momento, la procesadora de nóminas ADP confirmaba la creación de 177.000 nuevos puestos, además de revisar al alza el dato de julio, mientras que la venta de vivienda no rompe el momento de dulce del sector inmobiliario.

También en EEUU se divulgaban unos inventarios de petróleo superiores a lo esperado, contribución inestimable para la caída de la cotización del barril. No es sólo eso, sino que tampoco los inversores esperan nada de cara a la próxima cumbre de la OPEP, así que la volatilidad en torno al oro negro no parece que nos vaya a abandonar en el más corto de los plazos. Hablando y relacionando el petróleo, el IPC general (incluye energía y alimentos sin elaborar) de la zona euro mantiene el tipo en las dos décimas de crecimiento otro mes más, muy a tener en cuenta si recordamos que el calendario aún no está recogiendo el famoso «efecto calendario», ese que por pura matemática un día te quita y al siguiente te da.

Lo último de la macroeconomía es para China, donde el PMI manufacturero Caixin se ha quedado en el límite entre recesión y contracción, 50 puntos exactos. Las razones para tal descenso son la desaceleración de la producción y de los nuevos pedidos.

Cerramos con dos de política, que no por (casi) esperadas, pierden en importancia. Manipular las cuentas del Estado le ha costado el cese definitivo a Dilma Rousseff, al tiempo que los españoles parecemos ir sin frenos a por nuevas elecciones a no ser que se produzca una sorpresa en la votación de mañana.

Buen día.

Amílcar Barrios Vilallonga

Dirección de Inversiones

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