Buenos días.
Ya que no hay sensaciones positivas para apostar por la bolsa, utilicemos las negativas para que también se arranquen los índices. Al fin y al cabo es una de las pocas formas de comprender que los mercados hayan vivido una racha alcista más que olvidada en los últimos meses mientras los indicadores económicos pierden fuelle, aunque con y contra los bancos centrales y su inmenso poder nunca se puede ni debe apostar.
Pisemos la región que pisemos, no hay novedades que arranquen amplias sonrisas, ya sea la desarrollada o la emergente. En Alemania se sigue notando cada día el efecto ralentizador en las economías emergentes, pues si ayer la producción industrial de agosto mostraba el descenso más acusado desde el verano pasado, las exportaciones han hecho hoy lo propio, pero desde nada menos que 2009. Más tarde era el turno de EEUU, donde los inventarios de crudo volvían a alcanzar cotas elevadas, que sin embargo esta vez no han presionado a la baja al precio del petróleo. Y referente a este país, el FMI volvía a dar una vuelta de tuerca a su posición respecto a la política monetaria, ahora contraria a la subida de tipos, lo que nos hace plantearnos si es que el organismo no sabe o no quiere dar una opinión única y no interpretable. Por último Japón, que hoy ha aportado su grano de arena a la creencia de que la actividad global se frena, pues los pedidos de maquinaria han caído casi seis puntos porcentuales, cuando se preveía un incremento de más del 3%.
Por el frente micro llega ya el inicio de la temporada de presentación de resultados correspondientes al tercer trimestre, si bien antes de esto Deutsche Bank ya ha ido avanzando unas pérdidas previstas por encima de los EUR 6.000 MM. Además, la actividad corporativa está pendiente de la compra de SabMiller por parte de AB InBev, rechazada la última oferta en EUR 92.000 MM.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones