Buenos días.
Hoy es otro de esos días en los que me toca pedir disculpas de antemano porque la atención sigue girando alrededor de lo que la acción del BCE supone y hay poco más allá de esto. Aún queda un día pero los inversores, con dudas sobre si habrá o no intervención convencional o extraordinaria, están empezando a decantarse por la prudencia ya que no hay nada claro sobre si Draghi irá más lejos del “lo que sea necesario”.
Así, mientras unos y otros se siguen exprimiendo el cerebro sobre qué es más probable que suceda o adecuado para la economía, la nueva caída de la inflación del conjunto de la zona euro supone un motivo para aquellos que más necesaria creen una intervención del BCE tan pronto como ya. Tras haber remontado en abril hasta el 0,7%, el dato preliminar sobre el nivel de los precios vuelve a caer al 0,5% en el mes de mayo, un nivel conocido y que revive los temores a los fantasmas de la deflación, pero como siempre, hasta el momento en que el Consejo de Gobierno no decida nada, todo lo demás puede llegar a considerarse elucubración, y en el peor de los casos, deseos lejanos a la realidad.
Fuera de Europa, lo poco que tenemos para el día de hoy son cifras macroeconómicas de EEUU. Y además son francamente positivas, puesto que tanto los pedidos de bienes duraderos como las ventas de automóviles y camionetas, no sólo repuntan, sino que baten las estimaciones, y en el caso de los segundos alcanzan los números más altos desde el verano de 2006, todo un síntoma de que la actividad norteamericana mejora a pesar de que algunas de las referencias nos hagan creer en la posibilidad de un freno.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones