Sabiendo todo lo que se juegan los mercados financieros a lo largo de esta semana, cómo pensar que los inversores se van a lanzar sin saber adónde.
¿Y si Wilders, gracias al inestimable apoyo de Erdogan, pudiera formar Gobierno en Holanda? ¿Y si el brexit se descontrola? ¿Y si la Reserva Federal no cumple con el 100% del consenso? Muy atentos a este último hipotético caso, dado que si la Fed no sube tipos es porque sabe algo que el mercado desconoce, lo que querría decir que la muerte sería rápida pero muy dolorosa.
Ante la ausencia de catalizadores puramente fundamentales, la política europea volvía a acapararlo todo. El Parlamente británico autorizaba al Gobierno a dar comienzo al proceso de desconexión, pero si sólo para eso han sido necesarios nueve meses, mejor no pensar en la salud mental de los equipos negociadores de la UE y del Reino Unido. Aunque en las islas la ruptura con el continente les puede salir aún más caro de lo que ya de por sí les podía costar, dado que Escocia vuelve a dar batalla con la exigencia de un nuevo referéndum de independencia. De salirse del Imperio para volver a la Unión. Total, nada.
En cuanto a las elecciones, la prudencia es la máxima, si bien hay cierta sensación (seguro que sesgada) de que lo tradicional se va a acabar imponiendo a lo novedoso y rupturista. La soledad de los euroescépticos Wilders y Le Pen en sus respectivos países hace difícil que puedan alcanzar la presidencia, pero esa película ya la hemos visto. Y es que una crisis diplomática con un país como Turquía, cuyo rechazo es precisamente el que ha aupado al populismo del siglo XXI, da alas a estos movimientos. Y si además le sumamos la corrupción instalada entre varios de los tradicionales, pues poco más que añadir.
China, para bien y para mal, disfruta de la «ausencia» de problemas de carácter político. Aunque en lo económico el Partido no es todopoderoso, los esfuerzos realizados para estabilizar el descenso de la actividad económica han dado algún que otro fruto, quizás algo amargo. La producción industrial y la inversión en activos fijos no sólo han crecido, sino que lo han hecho por encima de lo previsto. El lado no tan bueno llegaba por la vía del consumo, puesto que las ventas minoristas registraban un crecimiento de un sólo dígito, propio del sistema productivo que las autoridades del gigante pretenden enterrar.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones