Ayer tuvimos una sesión huérfana de comentarios del Gobierno chino y asociados, decididos a volver a tenernos nerviosos un agosto más, y, ¡oh, sorpresa!, las compañías chinas reaccionaron con subidas. El miedo y la desconfianza son malos compañeros de viaje en las bolsas, que ya de por sí tienden a ser completamente irracionales en el corto plazo. Sin embargo, este suele ser el germen necesario para poder adquirir un buen negocio con descuento. ¿Habrán vendido Charlie Munger (Daily Journal) y Masayoshi Son (Softbank) sus posiciones en Alibaba? Parece poco probable.
En los demás mercados tuvimos un comportamiento mixto, con los valores más ligados a tecnología y servicios de comunicación llevándose el gato al agua. Los resultados empresariales del segundo trimestre afrontan sus últimos coletazos y, como hemos repetido en las últimas semanas, no solo han cumplido sobradamente con las expectativas de los inversores, sino que la gran mayoría ha logrado batir estimaciones de ventas y beneficios.
En el ámbito macroeconómico, sorprendieron negativamente los PMI de servicios de los países de la eurozona. Las cifras siguen estando holgadamente en zona de expansión, no nos asustemos, pero sí nos podría estar indicando que estamos en el techo de crecimiento de Europa. En China, el PMI servicios de Caixin sí sorprendió al alza y aleja los fantasmas de una desaceleración económica más rápida de lo previsto. Estados Unidos a lo suyo, velocidad de crucero. El ISM no manufacturero fue de 64,1 frente al 60,4 esperado y el PMI de servicios que realiza Markit 59,9 respecto al 59,8 esperado. Estos juegan en otra liga.
¡Ay la deuda! Es leer acerca del proyecto de ley de infraestructura de 1 billón de dólares y el plan de gastos de la Administración Biden de 3,5 billones y no puedo evitar pensar en la deuda. Sí, en la carrera por la hegemonía mundial, EE.UU. necesita más inversión para disputarle el trono a China y estos proyectos serán un estímulo perfecto para una gran cantidad de empresas, pero estamos normalizando una deuda sobre PIB por encima del 130% al acabar 2021. Hemos llegado a un punto en el que parece no importar la capacidad de pago y el apalancamiento desmedido, otro disparate que debemos agradecer a los bancos centrales. Janet Yellen aseguró ayer, en Atlanta, que la aprobación del proyecto de ley ayudará a revertir las desigualdades salariales y raciales y comenzará a mitigar el cambio climático. Pues eso.
Feliz jueves.