Buenos días.
Sigue instalado el estado de alarma en los mercados, que a la vista de los bajos volúmenes y la proximidad del brexit, despierta las dudas sobre la verdadera naturaleza de las caídas.
El miedo a las encuestas sobre el referéndum británico dice que la salida de la UE puede ser una realidad la semana que viene, aunque ya sabemos cómo funcionan y cuánto pueden llegar a fallar los sondeos. Todo para que como dice Citi, siempre se tienda a mantener el statu quo. Lo que nadie puede negar es que hay miedo a lo desconocido como que el Reino Unido abandone la UE, lo que nos devuelve al pasado, a situaciones en que las autoridades se veían obligadas a suspender la cotización de sectores enteros, como ayer sucedió con la banca italiana.
Con este tema candente, los rumores multidireccionales sobre sobre el BCE y su política monetaria no paran pero tampoco interesan en este momento. Lo mejor es que mientras las bonos periféricos sufren por el miedo a la amputación de la Unión Europea y el Bund sigue jugando con la barrera de la rentabilidad cero, seguimos sumando expectativas y cifras que invitan a pensar que la inflación en algún momento volverá; la última, la leve subida del IPC español. Claro que obviar el factor petróleo en este hipotético cambio de tendencia no haría justicia a la verdad, y si la oferta se sigue ajustando a la demanda como dice la OPEP que sucederá para final de año, habrá más presión del lado de los precios.
En medio de esta tormenta, las compañías norteamericanas siguen a lo suyo, centradas en la economía norteamericana y global, así como en las opciones de crecer en un mundo en constante evolución. Así se entiende que Microsoft vaya a pagar USD 26.200 millones por LinkedIn, de tal manera que amplíe fronteras de su negocio y poder expandirse más allá de Windows.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones