Ahora que la temporada de resultados está llegando a su fin, con un saldo algo mejor de lo estimado inicialmente, pero que muestra la fase de estancamiento por la que atraviesan los beneficios empresariales, ¿qué podemos esperar de los mercados para las próximas semanas?
Las bolsas han vivido una fuerte recuperación desde los mínimos marcados el 11 de febrero. Un proceso que se ha interrumpido en las últimas semanas llevándonos a un mercado volátil donde no existe un rumbo claro y que va a permanecer, al menos, hasta el mes de junio, donde conoceremos el desenlace de varias referencias importantes: reunión de los países integrantes de la OPEP, brexit y elecciones generales en España. Por otra parte será la macro la que continúe confirmando que hemos mejorado de forma sustancial, respecto la primera parte del año, y que la economía resiste pese a todo.
La probabilidad de recesión global es menor tras los datos que hemos ido conociendo, el petróleo y las materias primas rebotan con fuerza y existe cierta consolidación en emergentes. Los índices americanos volvieron a máximos y en Europa recuperamos buena parte de lo perdido, encontrado apoyo en las mejoras en el mercado laboral, unas condiciones de financiación favorables y, esperamos, unas políticas fiscales menos restrictivas. Sabemos que la economía crece por debajo de su potencial, pero crece al fin y al cabo y no se ha interrumpido su dinámica de crecimiento a pesar de la severa crisis por la que atraviesan los países emergentes. Permítanme que pueda contemplarlo como un signo de fortaleza.
Desacoplamiento es lo que nosotros observamos entre economía y mercados presentándonos un panorama de corto plazo volátil y donde el riesgo bajista no es desdeñable.
La estructura correctiva que se inició en abril de 2015 se mantiene vigente y será necesario un período de consolidación, que se extenderá a lo largo de los próximos meses, antes de reanudar la tendencia alcista. Aparentemente las bolsas han encontrado un suelo en los mínimos de febrero, pero para poder subir necesitamos crecimiento en los beneficios empresariales, que por ahora se mantienen estancados, y es por eso que las subidas de bolsa han encontrado un techo.
Entretanto avanza el ajuste bancario y la crisis de materias primas llega a su fin, mantendremos un comportamiento lateral salpicado por episodios de volatilidad, que más que ver con la economía, su ritmo moderado o argumentos económicos tiene que ver con el sentimiento inversor que oscila del pesimismo al optimismo sin que ocurra nada nuevo en el fondo económico.
Por tanto, mientras se confirma el potencial de crecimiento en los beneficios y retorna la confianza, paciencia. En este segundo trimestre tampoco habrá paz para los mercados.
Virginia Pérez Palomino
Responsable de Renta Variable