Buenos días.
El mercado se tomó un respiro gracias, entre otros, a la probabilidad de que Deutsche Bank pudiera hacer frente a la multa reducida por sí solo.
Junto a esto, no es menos cierto que las caídas del sector bancario europeo ya han sido muy pronunciadas y siempre hay quien ve una oportunidad ahí de donde otros prefieren huir. También hay que mencionar que la bolsa alemana no abrió ayer, lo que no siendo determinante, en algo ayuda.
Por su parte, la reacción de la bolsa británica a la postura de firmeza de Theresa May resultó chocante. La posibilidad de querer enfrentarse a Bruselas en las negociaciones del brexit no es lo que más puede beneficiar a nadie, aunque la vuelta de la libra a niveles post-referéndum, en mínimos desde mediados de los ochenta, ejerció de impulso para la cotización de aquellos índices.
Más allá de todos los problemas que los europeos aportamos al mundo, EEUU está plenamente centrado en quién será el presidente más rechazado de la historia y en cuándo toca subir los tipos de interés. En relación a esto último, dos fueron las razones para que el mercado cotizara las probabilidades al alza: primero, una miembro (del ala más «beligerante») de la Fed hablando sobre la posibilidad de que el proceso de normalización de la política monetaria tenga lugar en noviembre y no esperar a diciembre; y segundo, la vuelta del ISM manufacturero a terreno de expansión después de un tropezón en la última lectura.
A pesar de que Europa, continental o insular, ponga todo su empeño en estropear lo económico a través de lo político, se mantiene la tendencia de mejora del calendario de indicadores económicos. Los PMI de manufacturas suben en todos los grandes países gracias a la producción de nuevos pedidos, dando idea de un futuro mejor en el corto plazo. Pero no sólo hay mejora en la zona euro, pues también el Reino Unido está disfrutando por el momento del estado general de amnesia en referencia al brexit.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones