Buenos días.
Los inversores parecen estar sorprendidos y haber perdido un rumbo claro ante la alta posibilidad de que la Reserva Federal suba tipos antes de verano.
La reacción de los activos de riesgo a otro paso más en la normalización monetaria de EE.UU debiera ser recibida con sonrisas y aplausos, pero nadie puede asegurar tenerlas todas consigo. Miremos a diciembre para comparar si no. Pero es que si algo queda sistemáticamente demostrado, eso es que los mercados financieros como un todo, o bien no pueden, o bien no quieren aprender a montar en bicicleta sin ruedines. Y para el que aún albergue dudas del camino ahí tiene a los miembros de la propia Fed, hablando sin tapujos estos días de la necesidad de seguir con los incrementos de los tipos de interés.
Para endurecer la política monetaria por lo menos se necesita que la economía tenga algo de tracción. Y por eso es por lo que precisamente la zona euro puede estrenar la ampliación del QE la próxima semana. Porque entre otros, el PMI compuesto conocido ayer arroja la lectura más baja en el último año y medio, no augurando un futuro precisamente prometedor para el área comunitaria. Ahora bien, a favor del crecimiento continental tenemos a Alemania y Francia, superando los datos anteriores tanto en manufacturas como en servicios.
Pongamos lo que pongamos, Europa es noticia tanto por lo económico como por lo político, que tanto daño ha hecho a la recuperación. Aunque las encuestas y las apuestas no vean la victoria del brexit, la incertidumbre hasta la celebración del referéndum se está dejando notar por todos los mercados. Situación opuesta a la de Grecia, que cumple con sus acreedores y hoy pudiera llegar a un acuerdo para permitirnos olvidar este foco de tensión por una temporada. Y por último las múltiples elecciones, con Austria como el último país en el que triunfan las corrientes que mejor están sabiendo canalizar varios años de crisis de todos los pelajes.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones