Buenos días.
Sigue sin haber nada que nos diga algo especial en el día a día de los mercados financieros, lo que no quita que las bolsas sigan cediendo terreno al comprobar los inversores que no las tienen todas consigo de cara a la próxima reunión de la Reserva Federal. Esto al fin y al cabo nos demuestra lo poco que puede hacer falta para sufrir el día menos pensado casi sin razón aparente.
Es justo recordar que en la sesión de ayer el petróleo aportó volatilidad, pues así como la sobreproducción global no sólo no parece que vaya a terminar, sino que incluso puede aumentar en las próximas semanas, otro fuerte descenso de los inventarios en EEUU ejerció de contrapeso con el que evitar un descalabro de la cotización del barril.
Al igual que el martes, el calendario de indicadores económicos global viene en los huesos tan sólo con la excepción de la zona euro. El IPC francés, que sube tres décimas en agosto, cumple con lo previsto, aunque mayor relevancia tenía la producción industrial del agregado europeo. Las aportaciones negativas de Francia y Alemania pudieron con las positivas de la periferia para registrar el descenso del 1,1%, mostrando que no se puede esperar un rebote súbito del sector secundario durante el verano que ya termina.
A pesar de que ha sido difícil y aún tendrá que recibir aprobaciones definitivas, la conocida farmacéutica Bayer adquiere Monsanto por 66.000 millones de dólares con el firme propósito de crear un gigante de referencia en el campo de la agroquímica. No es ya tanto a qué se dedicarán lo que valora el mercado en sentido amplio, que por supuesto que también, sino el hecho de que la actividad empresarial no ha muerto todavía y queda espacio para que las compañías europeas recojan el testigo de sus equivalentes norteamericanas, más activas en compras y fusiones en los últimos años.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones