Muchos días de las últimas semanas hemos tenido que aludir a tal o cual motivo para justificar caídas de cierto nivel, pero en otros como ayer simplemente se puede decir que el mercado se dejó una buena cantidad de millones por el camino por todo el cúmulo que tenemos en la mochila.
Pero ante todo tiene pinta de que el miedo a que la desaceleración vaya a más sea la única y verdadera razón que está espantando a muchos inversores que de no ser por las políticas monetarias de los últimos años, jamás deberían haber puesto un pie en la bolsa.
Los dos grandes activos refugio, las curvas de deuda de EE.UU. y Alemania vienen recogiendo el miedo del mercado en contraposición a las presiones inflacionistas que tanto tiempo llevamos esperando. Y también una serie de indicadores económicos que señalan que no pasamos por el mejor momento, pero que se han visto afectados también por la suma de problemas de corte político, que, en caso de enquistarse, tarde o temprano acaban por suponer un lastre para la actividad real, como así está siendo.
Europa ha contribuido, como es costumbre, a alimentar el miedo de unos mercados incapaces de respirar sin el oxígeno de los bancos centrales. Al menos parece que el Ejecutivo italiano ha suavizado su enfrentamiento con Europa consciente de que las consecuencias económicas no solo es que sean reales, sino que habían llegado en tiempo récord. Pero por lo que corresponde al brexit, todo sigue en el limbo en el que entró el proceso el mismo día del referéndum, ahora con los laboristas pidiendo la cabeza de Theresa May por aplazar la votación en el Parlamento.
Se dice, y solo el tiempo nos dirá si con razón o no, que las subidas de tipos de la Reserva Federal pueden haberle puesto demasiados palos en las ruedas al crecimiento, pero lo cierto es que si mañana no los vuelve a elevar como la inmensa mayoría espera, la reacción ahí sí puede ser devastadora por lo que ello significaría. Así que en principio hará bien el FOMC en no seguir las instrucciones de Trump, que ayer volvió a pedir el cese del endurecimiento de la política monetaria.
Buen día.