Buenos días.
Aplicando eso de que todo lo que sube termina bajando, los bancos y las materias primas lo están escenificando en toda su cruda realidad, ya que tan pronto impulsan los índices, tan pronto vuelven a devolverlos a posiciones más moderadas.
Existen dudas naturales sobre la duración en el corto plazo del rally iniciado en la mitad de febrero, lo que explica por qué sectores tan volátiles como estos están viviendo de las oleadas. Aunque por supuesto que los factores propios influyen, pues el fracaso en el inicio de la restructuración del sector bancario italiano, así como los malos resultados de algunos bancos europeos como UBS o Commerzbank, son motivos más que suficientes para sufrir.
Sufrir por la incertidumbre es precisamente algo que parece que nos vamos a ahorrar en relación a las nominaciones de las elecciones presidenciales norteamericanas después de la última victoria de Trump. Queda por saber si la seriedad va a terminar por imponerse en la campaña, o si, al igual que en Europa, continúa el goteo de excentricidades imposibles de aplicar. Aprovechando el tiro, el impacto económico de la celebración del referéndum para que el Reino Unido permanezca o no en la Unión Europea no cesa, ahora plasmado en el descenso del PMI manufacturero por debajo de los 50 puntos, es decir, en terreno contractivo. Razones evidentes de prudencia.
En aspectos más puramente económicos, nunca debemos olvidar el componente Fed. Pero aún menos caer en la complacencia de que los tipos de interés casi cero son inmortales. Eso es lo que dos miembros del banco central estadounidense se esforzaron en resaltar ayer, pues una nueva y no esperada subida del precio del dinero sin duda alguna que se dejará notar en los mercados financieros. Y difícilmente lo hará para bien.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones