Y otro día más nos vuelven a vender que las negociaciones entre EE.UU. y China van por el camino adecuado, que ahora mismo es lo que una economía desacelerada necesita. Por esto mismo es también por lo que un Trump (parece que) renovado ha evitado un nuevo cierre de la estructura federal que tantos puntos le ha quitado. Solo que a cambio de estampar su firma, ha anunciado que para la famosa construcción del muro va a optar por la vía de la emergencia, que ya dirán los demócratas, que en tiempos pasados ya levantaron uno, lo que más les plazca.
Estos avances en materia política norteamericana se ven desde un punto global compensados por los tropiezos de continuo en territorio europeo. May demostró, aunque esa no fuera su intención, que tiene todo en contra para conseguir un acuerdo de brexit que la Unión Europea no pretende modificar y que muchos de sus colegas de partido de seguro que van a torpedear.
Y ahora nos toca a nosotros, españoles, volver a las urnas este próximo 28 de abril para conformar un Gobierno que sea capaz de presentar unos presupuestos de verdad y que no nazcan con el rechazo europeo preestablecido.
Por la vía de la economía todo sigue igual, es decir, «normalito» con alguna sorpresa puntual, tanto positiva como negativa. Lo mejor de ayer fue el PIB alemán, que con milagro incluido, salva por nada la entrada en recesión técnica durante el cuarto trimestre del año pasado, si bien aún queda la lectura definitiva y el margen es inexistente. Y lo peor, las ventas minoristas de EE.UU., que con el peor dato en casi diez años despiertan algo de nerviosismo, pero todavía pronto para decir que el resto de la actividad económica se ha contagiado.
Buen fin de semana.