Buenos días.
Los factores positivos que pudieran impulsar a los mercados se están viendo compensados por los que pudiéramos considerar negativos o al menos inciertos, todo ello desde una perspectiva global donde impera el desorden referente a que lo que ayer era bueno, hoy puede ser malo y viceversa.
A saber, por el lado positivo nos quedamos principalmente en Europa. Aunque el PIB francés tan solo crece una décima, es eso, crecimiento, que además va en línea con las expectativas. Pero sí hay que resaltar la confianza del consumidor alemán Gfk, en niveles máximos desde 2001, otra buena noticia salida de dicho país. Y quizás por cercanía, lo más llamativo de todo es la revisión al alza de las expectativas del PIB de este año para España por parte del BdE, ahora en el 2,8%. En comparación con la situación en Grecia, donde la fuga de depósitos sigue de récord, algo indica que el camino de las reformas estructurales es un peaje necesario para volver a sonreír.
En contra existen diversos frentes. Los esfuerzos del Banco de Japón están resultando inútiles para relanzar la inflación, bien sea por la dificultad de salir de una deflación de varios años, bien por la ausencia de crecimiento debido a las medidas fiscales aplicadas por el Gobierno de Shinzo Abe. Ahora un recordatorio de que las cosas han cambiado. Las declaraciones favorables a endurecer la política monetaria en EEUU y su consecuente apreciación del dólar, así como las subidas en precio del petróleo debido a las enésimas tensiones en Oriente Medio, ya no sirven para reforzar el buen comportamiento de los mercados como antaño, sino que los inversores han cambiado de parecer y optan por considerarlo algo negativo.
Buen fin de semana,
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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