Dejamos atrás una semana negativa en la que se ha notado mucho la falta de información relevante, así como de volumen suficiente para contener una caída desde máximos.
Parece que la confianza se ha visto debilitada ante la creciente opinión de que el estímulo monetario no durará para siempre, ya que el acta de la última reunión de la Reserva Federal confirma que se está vislumbrando una reducción gradual de la relajación cuantitativa. Esto parece haber afectado al estado de ánimo más que las preocupaciones actuales por la pandemia de la COVID-19, que sigue viendo crecer los casos mundiales, y las preocupaciones geopolíticas en torno al retorno al poder de los talibanes en Afganistán.
Los últimos quince días hemos conocido pocos datos macroeconómicos relevantes y, además, estos simplemente nos mostraban resultados pasados que no nos aportan información relevante sobre el devenir futuro de la economía. Una vez conocidos los resultados empresariales del segundo trimestre, ahora nos toca centrarnos nuevamente en la evolución económica y en tratar de adelantarse a los movimientos de los bancos centrales. Esos organismos que esta semana se reunirán en un pueblo de Wyoming, Jackson Hole, a compartir sus previsiones sobre cómo será el próximo curso.
Por lo pronto, las últimas cifras mensuales de China sugirieron que el ritmo de crecimiento económico seguía siendo más débil de lo esperado, con ventas minoristas, producción industrial y crecimiento de la inversión en activos fijos por debajo de las expectativas. Las encuestas a los consumidores de Estados Unidos también causaron cierta preocupación, ya que la confianza cayó muy por debajo de las expectativas, hasta el nivel más débil en casi una década, mientras que las ventas minoristas de julio no daban señales de fortaleza, sobre todo teniendo en cuenta que coincidían con un rápido aumento de los casos de COVID-19. Además, conocíamos un fuerte desplome del inicio de nuevas viviendas de julio, que se unía a la confianza de los constructores, en mínimos en un año. Por lo que, las preocupaciones de que el crecimiento podría estar alcanzando un máximo también parecían obstaculizar la confianza de los inversores.
Pero los mercados siguen a lo suyo. Los principales indicadores de renta variable retrocedieron durante la semana, pero no antes de que el índice S&P 500 alcanzara un nuevo máximo histórico de 4,480 el lunes por la tarde, más del doble de su mínimo intradía de 2,192 el 23 de marzo de 2020. En los mercados de renta fija, los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos disminuyeron durante la mayor parte de la semana, para terminar en el 1,27%, mientras el alemán se acercaba al -0,5%. En cambio, los inversores exigieron más rentabilidad en relación con la deuda pública para el crédito corporativo con grado de inversión durante gran parte de la semana, por las preocupaciones sobre COVID-19 y el repunte de la deuda pública a más largo plazo. En los mercados de divisas, la libra esterlina y el euro se debilitaron frente al dólar estadounidense, ya que el billete verde se benefició del entorno de reducción del riesgo.
La nota negativa sigue proviniendo del gigante asiático. Las acciones chinas han vuelto a vivir una semana de correcciones y se desplomaron ante la posibilidad de que Pekín traslade las presiones regulatorias del sector tecnológico a otros. Las últimas en verse penalizadas han sido las acciones de empresas de licores, toda vez que los medios estatales informaron que la Administración Estatal para la Regulación de Mercados estaba considerando nuevas regulaciones para dichas compañías. Asimismo, está aumentando la preocupación entre las empresas de atención sanitaria de que los beneficios de la industria también se verían frenados por nuevas regulaciones.
Esta semana conoceremos importantes datos macroeconómicos como los PMI de las principales economías del mes de agosto y la revisión del PIB del segundo trimestre de EE.UU. y Alemania, economía en la que conoceremos también los datos del IFO y Gfk. Pero toda la atención estará en lo que pueda salir de Wyoming, sobre todo de la conferencia de Powell, en la que podría dar alguna pincelada de cómo pretende reducir el ritmo de compra de activos.
Buena semana.