El euro, como los británicos y su brexit, no sabe si viene o si va.
Los bonos van al son de tantas voces que tampoco terminan de tener muy claro si toca subirse al Treasury o al de lado. Son las bolsas las que de momento lo tienen más claro, un día a rebufo de los cíclicos y al siguiente de los defensivos. Y así seguimos, en un mercado alcista por rachas, pero alcista, apoyado en crecimiento y beneficios.
Ya que estamos con beneficios hagamos el repaso diario a las compañías que presentaron cifras ayer. En bancos, Morgan Stanley ha resultado ser de los que se aprovechan desde el trimestre pasado de la rebaja fiscal de Donald Trump, con lo que de momento hay más o menos empate entre entidades beneficiadas y damnificadas temporalmente, que al final todos acabarán ganado dicen. El otro referente del día fue IBM y unos beneficios reducidos a la mitad por culpa del coste que conlleva la reinvención con la que evitar ser arrollado por la revolución tecnológica.
Paremos también en el petróleo, cuyo comportamiento de los últimos meses ha sido bueno, ya sea porque la oferta y la demanda optimizan el punto de equilibrio, o porque la caída del dólar permite que los grandes consumidores emergentes aprovechen para aprovisionarse. Sin embargo, el informe mensual de la OPEP señala con el dedo directamente a los frackers de Norteamérica, que con estos precios están rompiendo el punto de encuentro que venía alcanzando el mercado. Nada nuevo en el horizonte.
En el frente político se mantienen las constantes vitales. Los inversores están «pasando olímpicamente» del muy probable cierre del aparato del Estado en EE.UU., señal inequívoca de que la confianza es elevada (siempre con reservas). Las comparaciones son odiosas, cierto, pero hay que echar la vista atrás para recordar el estado de pánico del último shutdown, que resultó no ser el fin del mundo. Además siempre queda la carta de los políticos, capaces de pasar meses en blanco y encontrar la solución en los últimos segundos.
Esa carta es la que quizás necesite Angela Merkel para ser reelegida presidenta de Alemania visto que los socialdemócratas se debaten entre varias opciones con las que no supeditarse a la CDU. Aunque quizás nos importe más la propuesta revolucionaria (y simplificadora) del IVA que ha realizado la Comisión Europea en unos tiempos en los que todos tenemos un plus de empleados del Estado.
Buen fin de semana.
Llámanos 
