Parecía claro que la situación en Ucrania iba a terminar repercutiendo en mayor medida en Europa que en Estados Unidos y los datos macroeconómicos que conocíamos el pasado viernes ya no dejan ninguna duda.
Es cierto que el índice de confianza final de la Universidad de Michigan ha disminuido más de lo estimado inicialmente con respecto al mes anterior, pero hasta cifras relativamente buenas. La situación actual y las expectativas caen con respecto al mes anterior y han seguido empeorando. Las opiniones se han deteriorado sobre la situación financiera personal, la disminución de los ingresos reales, el empeoramiento de las expectativas y perspectivas comerciales. La disposición a comprar casas ha disminuido mientras que ha aumentado para los automóviles, algo que está en línea con los datos de ventas de viviendas pendientes del mes de febrero, que cayeron más de lo esperado.
Por su parte, los datos europeos eran mucho peores. El sentimiento elaborado por el instituto alemán IFO sobre la situación actual ha disminuido de 98.6 a 97, mientras que las expectativas han caído bruscamente hasta niveles no vistos desde marzo de 2020. Algo parecido sucedía con la confianza en Italia. La caída es más pronunciada para los sectores minorista y de la construcción, mientras que la disminución fue modesta en el industrial. Las opiniones sobre la situación actual y las expectativas han caído bruscamente; han aumentado las preocupaciones sobre la situación económica futura, la situación financiera de los hogares y los temores de un fuerte aumento del desempleo. No hay antecedentes de esta fuerte caída en un único mes. Además, el PMI y el IFO podrían caer aún más a medida que las incertidumbres geopolíticas permanezcan, así como la interrupción y los altos costes de la energía.
El mercado cerró el viernes con avances, con la excepción del Nasdaq. No eran muy significativos, pero permitían maquillar un poco los resultados semanales. El S&P 500 cerró en cifras no vistas desde el 10 de febrero. La continua subida de los precios de las materias primas impulsó los sectores de energía y materiales, mientras que las acciones del sector sanitario tuvieron un rendimiento inferior arrastradas a la baja por el gigante farmacéutico Pfizer.
Las preocupaciones ante la posibilidad de que la Reserva Federal tome medidas mucho más agresivas de las esperadas inicialmente siguen impactando de manera grave en los mercados de renta fija. El rendimiento del bono de referencia del Tesoro de Estados Unidos a 10 años subió aproximadamente 35 puntos básicos durante la semana y ya lo tenemos cerca del 2,5%, reflejando una fuerte caída en los precios. Por su parte, el bono alemás se sitúa en el 0,6% y el español en el 1,45%. Además, el 2 años americano sigue escalando y cada vez existe más riesgo de que la curva acabe invirtiéndose.
Por otro lado, el coronavirus vuelve a los titulares, sobre todo en China. Shanghái queda de nuevo cerrada por haber registrado el número más alto de casos desde el principio de la pandemia. Una parte de la ciudad, con 25 millones de habitantes, sufrirá las restricciones hasta el 1 de abril y otra hasta el 5 de abril, con el transporte público suspendido y con teletrabajo obligatorio.
Hoy no tendremos datos importantes, pero esta semana conoceremos las cifras preliminares de inflación europeas y las de empleo de EE.UU., todas ellas del mes de marzo.
Buen día