Hagamos una fotografía para quedarnos con la imagen. En el mismo lugar, a la misma hora y dándose un apretón de manos, los líderes de los dos principales agitadores del mercado.
Guerra comercial y brexit, brexit y guerra comercial. Puede parecer una visita oficial más entre dos de las principales potencias mundiales, pero en realidad, en Londres, lo que está haciendo Donald Trump es jugar al Risk, donde la estrategia lo es todo. Por ahora está sondeando a los que pueden ser el próximo primer ministro británico, dándole alas en sus declaraciones a una salida dura de la Unión Europea y pidiendo el bloqueo a Huawei.
Pero es salir tariff man de Washington y en Estados Unidos crecen los enanos. Ayer el Nasdaq entraba en corrección técnica tras caer más de un 10% desde sus máximos recientes. La razón era la noticia de que la administración americana va a investigar a las grandes tecnológicas americanas (Google, Amazon, Facebook y Apple) por vulneración de la competencia. A Trump no le llega con remover el statu quo del comercio internacional, que también remueve los de su comercio interno. Quizá sea casualidad o quizá no, pero aprovechando que el presidente está a otros menesteres al otro lado del Atlántico, James Bullard, uno de los miembros del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal, mencionó que el impacto de la guerra comercial en la economía era claro. Y que la inflación era baja. Y que quizá el siguiente movimiento de tipos debería ser a la baja. Una de cal y una de arena si solo pensamos en los mercados financieros. Saquen ustedes sus propias conclusiones.