Buenos días.
A estas alturas de 2016, pocos debían ser ya los inversores metidos en esto de los mercados financieros que no supieran que el día a día de las bolsas está íntegramente condicionado al dictamen del precio del petróleo, con pequeñas cesiones de protagonismo a China. Ayer martes se siguió está lógica de «el petróleo dice», pues en el mismo momento en que se supo que el ministro iraquí habló de un tono más conciliador entre Rusia y la OPEP para reducir la abundancia de oro negro, los barriles giraron al alza, impulsando a los activos de riesgo con ellos.
Pero el mercado, además de menos petróleo, también está necesitado de buenas noticias en EEUU y éstas no se refieren a qué diga o haga esta tarde la Reserva Federal. Por fin el calendario de indicadores económicos tuvo impacto y además positivo, pues subieron el precio de la vivienda Case-Shiller, el PMI de servicios y sobre todo destacó la confianza del consumidor publicada por The Conference Board. Una lástima que los beneficios industriales chinos no hayan podido seguir esta buena estela de madrugada, pero ya sabemos que la sobrecapacidad en dicho sector es lo suficientemente amplia para seguir en números rojos durante mucho tiempo.
Aunque ya sabido su papel secundario, los resultados empresariales también tienen un papel que ayer salió a escena más de lo que nos tiene acostumbrados últimamente. El día marchaba bien con las cuentas de gigantes como AT&T o Procter&Gamble hasta que llegó el turno de Apple, cuyas ventas del iPhone menores que lo esperado mucho tienen que ver con China. Problemas de malacostumbrar a sedientos compradores de acciones.
Antes de cerrar por hoy, con una pequeña visión de la Europa periférica repasamos cómo al final del día cuadrar las cuentas públicas se impone por encima de todo lo que tenga que ser: I) Italia, para alivio de los inversores, ha acordado con la Comisión Europea la creación de un banco malo en un momento en el que el continente no está en disposición de permitirse otra crisis financiera; II) Syriza, el partido antitroika y antiausteridad, sigue doblegado a las exigencias de sus acreedores con la aceptación de una nueva reducción de las pensiones; III) poco ha tardado la primera agencia de rating, Fitch en este caso, en advertir a Portugal de unos presupuestos alejados de la realidad numérica; IV) y quedamos nosotros porque «Spain is different», y la composición de un Gobierno (in)estable da un paso adelante y dos para atrás.
Buen día
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones