Ese famoso rebote de la inflación está camino de la morgue, se mire por donde se mire.
A no ser que el IPC subyacente de todos los países empiece a reflejar la mejora de la actividad, nos quedamos con que el general está perdiendo todo lo que ganó, pues el efecto base del petróleo está cercano a su fin.
La publicación de las lecturas de inflación de Francia y toda la zona euro recalcan, como lo hicieron dos días atrás España y Alemania, esta idea de que los precios no habían venido subiendo porque la economía está en clara fase de mejora, sino por el empuje de los elementos «exógenos». Esto sin duda libera al BCE de la imperiosa necesidad de adecuar la política monetaria a un entorno más tensionado en términos de inflación. Pero por otra parte esto no quita que el mercado común ya no está al borde del KO, lo que viene a explicar el porqué de tantas voces a favor de empezar a retirar estímulos, eso sí, con cuidado.
El Libro Beige de la Fed vino a decir algo bastante similar a lo ya comentado para Europa en materia de tipos de interés e inflación, aunque la subida del precio del dinero para junio parece no sólo innegociable, sino ya decidida. El documento de análisis del estado económico de EEUU no traía ninguna otra novedad, dado que la actividad sigue creciendo a un ritmo entre modesto y moderado, la canción de todos los veranos. Además de esto, los dos indicadores económicos de referencia conocidos, Chicago Fed y venta de vivienda, decepcionaban por culpa de sendos descensos, colocando el global del calendario macro estadounidense en una posición cada día un poco más mixta.
Desde el lado emergente ha destacado una mala noticia, ya que el PMI manufacturero de China elaborado por Caixin ha caído a terreno de contracción por primera vez en once meses, peor noticia al compararlo contra el oficial. Claro que mejor seguir toda estadística con la posibilidad mínima de ser cocinada por el Gobierno. Por otra parte, la crisis política brasileña no ha sido impedimento para que el banco central haya seguido bajando tipos, ya en mínimos de tres años.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones