Buenos días.
Se mantiene la normalidad dentro de la fragilidad del estado de la economía mundial. Por peso e importancia, lo que suceda en EEUU debe ocupar el primer puesto como ya sucediera en el amago de crisis de enero. Ciertamente, la película no ha cambiado en exceso respecto a los últimos meses, de sentimiento mixto pero todavía positivo.
De los grandes indicadores publicados entre ayer y el viernes, todos han decepcionado ligeramente en la medida en que tanto el ISM manufacturero, como la confianza del consumidor Michigan y el PMI de Chicago han quedado por debajo de su lectura anterior. Bueno es saber que el default de Puerto Rico tiene un alcance limitado sobre la deuda de EEUU.
Después de EEUU, China es el segundo de a bordo con capacidad suficiente para darle la vuelta a los mercados sin pestañear. Sin embargo, la reciente mejora ha permitido que los inversores se tomen un respiro, si bien aún queda camino por delante, como muy bien ha demostrado el PMI Caixin de manufacturas correspondiente a abril, que no sólo no alcanza la barrera de los 50 enteros, sino que retrocede unas décimas por culpa del sector exterior. Australia, y concretamente su actividad económica, están estrechamente relacionados con lo que ocurra en China, lo que ayuda a entender que los tipos de interés en aquel país hayan caído a mínimos históricos. Claro que en un entorno global de falta de inflación es difícil salirse del camino.
En el caso europeo, prosigue la defensa a ultranza de las políticas ultraexpansivas para no convertirse en la carga de la recuperación internacional. Y lo cierto es que los PMI del sector manufacturero han vuelto a mejorar e insuflar calma sobre la economía del bloque comunitario a pesar de, cómo no, Francia. La otra noticia reseñable es el inicio del proceso de restructración del sector bancario italiano, el cual empieza con fracaso por el escaso apetito por invertir en Banca Popolare di Vicenza.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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