La bolsa de EEUU está demostrando una capacidad de resistencia en la que pocos confiaban, especialmente si echamos la vista atrás a antes de las elecciones.
Pero la borrachera de los trimáximos tarde o temprano tiene que salir cara. ¿Que cuál va a ser la razón del fin de la fiesta y cuándo va a llegar? Imaginen una sonrisa en la cara del consultado.
De momento este comportamiento de euforia prosigue gracias a que la evolución de los indicadores económicos globales es de lo mejor que hemos visto en los últimos años, con independencia de que haya potenciales riesgos a la vista. Pero también el brexit, Trump o el referéndum italiano lo eran y los inversores los han digerido con total naturalidad. El Libro Beige de la Fed volvía a recoger eso de crecimiento moderado de la economía norteamericana, pero no el 86% al que ya han subido las probabilidades de que la Reserva Federal eleve los tipos de interés en la reunión de marzo.
La batería de indicadores económicos conocida ayer soporta esta visión positiva del mundo, que sin embargo no elimina el vértigo que pueden dar los mercados. El ISM manufacturero de EEUU y su equivalente europeo, el PMI de la zona euro, se mantienen en niveles de confort en todas las subpartidas de relevancia como pueden ser empleo o nuevos pedidos. Así que a futuro, expectativas de confianza. En lo que a los datos a pasado se refiere, lo más destacado no era el crecimiento de nueve décimas durante el año pasado de una Italia con Gobierno postizo, sino que el IPC general alemán ya ha escalado hasta el 2,2% «por culpa» de lo que se conocen como los elementos más volátiles, la energía y los alimentos frescos.
De política un poco más de lo de siempre: presidenciables franceses atenazados por el peso de la justicia, Grecia amenazada y amenazando…
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones