Podía parecer que la apertura de la bolsa de Nueva York aportaría algo novedoso en términos de mercados, pero estos se encuentran en pleno adormecimiento veraniego al que nada parece capaz de alterar
Ni siquiera las actas de la última reunión de la Reserva Federal han de perturbar a nadie. Quizás porque se esperaba mucho más de ellas, aunque viendo por dónde anda la volatilidad, algo bueno de verdad tiene que suceder. Según lo publicado, se confirman unas divisiones de opinión entre los banqueros centrales, que sea dicho, tampoco se esfuerzan por ocultarlo al público. Para subir tipos, entre los que consideran que hay argumentos y los que aún prefieren esperar un poco, no vaya a ser que la Fed se convierta en la culpable de la próxima recesión de EEUU. Y para empezar la reducción de balance las diferencias saltan por el cuándo, pues sí es cierto que parece existir unanimidad sobre la necesidad de aplicar esta herramienta.
Cómo de diferente suena la música en Europa, porque aquí el mensaje del BCE es claro: seguimos como estamos. Incluso con un calendario de indicadores que muestra que la actividad real ha entrado en una espiral que solo sabe mejorar. Los PMI compuestos, que agregan manufacturas y servicios, es cierto que retroceden unas décimas en junio respecto a mayo, pero es que además de batir las expectativas, era la primera vez desde 2014 en que todos los países superan la barrera de los cincuenta enteros, esa que marca la diferencia entre crecimiento y recesión.
Y aún suena más diferente si cruzamos el canal de la Mancha. No se oye nada sobre qué, cómo o cuándo va a ponerse en marcha todo lo relativo al brexit, pero es que tampoco termina de quedar muy claro el por qué un año más tarde. Ahora, si de economía se trata, el PMI británico de servicios refleja el sentir general en relación a las expectativas, es decir, que cae como todos los demás indicadores.
Buen día.
Amílcar Barrios
Dirección de Inversiones
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