La actualidad permanente de EEUU está eclipsando al resto de países desde la toma de posesión de Donald Trump.
Y es que incluso la controvertida medida aprobada el viernes puede impactar sobre la actividad económica, haciendo que los Trumponomics pierdan toda o parte de su efervescencia. Aunque siendo francos, lo cierto es que el fin de semana tampoco ha venido cargado con muchas novedades en términos económicos, porque en clave política local ha sido un no parar.
La nueva Administración estadounidense ha traído un cambio en materia exterior, y están siendo precisamente las relaciones comerciales estadounidenses las que más han lastrado el PIB. Pero no seamos malpensados porque en nada ha afectado… al menos por el momento. La actividad de EEUU creció un 1,9% en el último trimestre del año pasado, siendo lo más relevante la fortaleza que vuelve a confirmar no ya el consumo, sino la inversión, partida sobre la que en algunos momentos más se ha llegado a dudar. El futuro inmediato de esta economía pinta en positivo gracias a varios indicadores adelantados, uno de los cuales, confianza de los consumidores de la Universidad de Michigan, alcanzaba el viernes un nuevo máximo registro.
Poco más que contar hoy además de que los europeos siempre estaremos ahí dispuestos a generar problemas donde en teoría no debería haberlos, o en el peor de los casos, intentar deshacernos de ellos. Así se ha procedido con los bancos y así sucede con países como Italia, que necesita estar confirmando continuamente la viabilidad de su sistema financiero. Quizás haya que tomar algún ejemplo de entidades como Bankia, cuyos resultados siguen confirmando que es una historia que ha dado un vuelco.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones