Buenos días.
Se busca volatilidad. Incluso con tantas dudas como las que hay ahora sobre el crecimiento mundial, los mercados financieros están disfrutando de un periodo de relativa calma.
Claro que debemos ser conscientes de que cualquier día este elemento es susceptible de volver en torrente sin previo aviso y alto poder de destrucción. ¿En base a qué? … Pues no son pocos los factores posibles.
Cómo, cuándo o bajo qué argumentos haga o no haga la Reserva Federal un movimiento en materia de tipos es el elemento número uno sobre el que gira la atención de los mercados. Después del desplome del ISM manufacturero la semana pasada, ayer fue el turno de su homólogo de servicios, que aunque no ha caído a terreno negativo como el industrial, sí ha sorprendido muy negativamente al haber perdido cuatro puntos de golpe. Son las caídas en actividad empresarial, nuevos pedidos y exportaciones futuras las que dan sentido a este comportamiento del ISM de servicios, si bien, como es costumbre, conviene esperar a comprobar si se trata de un dato aislado o de un cambio de tendencia.
El informe de empleo defraudó, el ISM de manufacturas cayó por debajo de 50 enteros y el de servicios también tuvo un comportamiento más o menos preocupante. Pero nada de esto impide que muchos de los integrantes de la Fed (ayer tocaba Williams, de San Francisco) sigan pensando que subir los tipos, mejor hoy que mañana, es una necesidad para evitar problemas a futuro.
En esta línea, en Europa existe un convencimiento más uniforme respecto a la política monetaria, y lo cierto es que tampoco sorprende a la luz de la evolución económica. La publicación del PIB de la zona euro correspondiente al segundo trimestre ha perdido dos décimas por la bajada del consumo principalmente y a pesar de que la inversión o el sector exterior han revelado cifras más presentables.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones