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21/07/2017 AUTOR: Amílcar Barrios Vilallonga Morning meeting

El jueves no era el día de EEUU, sino del BCE

El jueves no era el día de EEUU, sino del BCE

Se cumplía ayer medio año de Administración Trump, una de las grandes sorpresas que nos han dejado los silenciosamente turbulentos tiempos de cambio que estamos viviendo. Esa es la sorpresa, dado que en lo todo lo demás lo único que se puede afirmar es el permanente fracaso que supone el intento de reforma sanitaria. En este tiempo las expectativas sobre el crecimiento económico han apuntado muy alto, bien es cierto, a expensas de las promesas de cambio. Y como éste no llegaba la actividad lo empezaba a sufrir. Sin embargo, el calendario de indicadores económicos de EEUU parece estar dando un nuevo vuelco lentamente, ahora apuntando a una previsible mejora de cara al segundo trimestre. Ese era ayer el caso del índice de indicadores líderes, cuya subida por encima de lo esperado así se debe entender.

Pero el jueves no era el día de EEUU, sino del BCE. Y la novedad no fue el banco en sí o su presidente, sino que lo fue la interpretación del mercado a las palabras de este último. El Consejo de Gobierno del BCE decidía dejar como está la política monetaria. Lo esperado, así que la atención, también como se esperaba, era para Mario Draghi. Tenemos que reconocerle la habilidad para esquivar como esquiva las respuestas que el mercado no quiere oír. Fiel al mensaje del banco central, dijo el italiano que aún se espera a la inflación, lo que hace que la capacidad de hacer lo que sea necesario sigue plenamente operativa años después.

A pesar de que se cumplió el guion, los inversores demostraron tener determinado su propio camino, pues aunque Mario Draghi dijo lo que dijo, el euro se disparó hasta máximos desde el recordado (en mercado) mes de agosto de 2015. Ello en base a que en otoño se pueden producir novedades respecto a la vida del QE, que al fin y al cabo es el rumor que lleva ya varias semanas circulando entre los inversores.

Inflación no tiene, pero Europa sí puede sacar el músculo de los indicadores económicos. El último, publicado también ayer, refuerza la idea de que la región aún tiene ante sí un panorama positivo. Y es que a pesar de que la confianza del consumidor de la zona euro retrocedió en julio, se sigue manteniendo cerca de los máximos precrisis financiera, algo que igual demuestra que los europeos seamos un poco cenizos.

Buen fin de semana.

Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones

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