Fuera los mercados y todo para la política con la foto del apretón de manos entre dos personajes que, como Trump y Kim III, pasarán a la historia aunque solo sea por la imagen con las banderas de ambos países de fondo.
Aunque no ha trascendido nada concreto sobre la conversación ni sobre el futuro de la península coreana, ayuda a evaporar al menos las tensiones sobre la geopolítica global y posiblemente a confirmar el ocaso del comunismo en esencia.
Sin embargo, a lo largo de la sesión los inversores premiaron la aseveración del ministro de Finanzas italiano de que el país seguirá, sí o sí, formando parte del proyecto euro. Así fue la reacción de los mercados con una caída a plomo de la curva de la que se beneficiaron los bancos europeos en representación de los acreedores. El que no se atreve de momento a moverse es el euro, con el miedo en el cuerpo por si el euroescepticismo vuelve a encontrar una salida para respirar.
Por la vía macroeconómica no hubo mucho que resaltar quitando los malos datos del Reino Unido. Tanto un retroceso de la producción industrial como una ampliación del déficit comercial con los que seguir alerta por el empeoramiento económico de unas islas que a día de hoy no saben qué clase de brexit va a haber, además de cuándo. Eso sin contar las complicaciones para el Banco de Inglaterra, incapaz de valorar si subir los tipos es necesario o una temeridad.
Buen día.