La recesión industrial en Alemania continúa y las decisiones de inversión de las compañías caen.
Las rentabilidades de los bonos soberanos son negativas en Europa para la mayoría de los países y de los plazos. ¿Desconcertado? Sí, claro, no podría ser de otra manera.
Nos encontramos ante una dicotomía inversora: miedo frente a confianza. No es que este hecho sea algo fuera de lo común, lo que sí parece es que está más acentuado que nunca.
Usted, que ha sido siempre un inversor que iba a lo segurito, se compra un bono alemán con vencimiento a cinco años y cuál es su mayúscula sorpresa al conocer que pasado ese período recibirá su dinero menos un 0,65%. Añádale que la inflación a lo largo de este tiempo le ha ido comiendo un 1% al año y claro, así no hay manera de mantener su patrimonio. Aun con todo, se hace con ese bono germano, está dispuesto a asumir esas pérdidas, su corazón puede resistirlo, esto no le provocará palpitaciones, ya cambiarán las cosas.
A su hermano, versado como usted en términos de renta fija aunque con un ritmo cardiaco más robusto, le atemoriza la inversión de la curva de tipos, su experiencia le dice que puede ser presagio de mayores infortunios, esto es, una recesión y cuando eso ocurre todos los activos se precipitan al vacío, salvo uno, el activo refugio por excelencia: el oro. Ese es su hermano, un echao p’alante.
Comentando sus posiciones, en la paella del domingo, su hija le dice que el que no arriesga no gana y que si bien vivimos en un entorno de bajo crecimiento e inflación, tampoco ve los fuertes desequilibrios económicos que provocaron la Gran Recesión, que hace unos años vivió toda la familia. La bolsa no es que esté barata, y le vienen a la mente los títulos de Amazon que hace tres años le dijo que comprara y que han triplicado su cotización desde entonces, pero con este escenario de tipos e inflación, su hija afirma que están razonablemente valorados. Las compañías dan beneficios y podrá obtener su recompensa en forma de rentabilidad en el largo plazo, aunque tenga que pasar por momentos difíciles con correcciones como la de finales del pasado año. Además, hasta que no se demuestre lo contrario, los bancos centrales seguirán ocupándose de que no nos pase nada malo. Mira lo que ocurrió durante la pasada semana —le dice—, como si se tratase de un efecto dominó, los bancos centrales fueron cayendo uno tras otro en brazos de la laxitud, incrementado o manteniendo las condiciones ultraexpansivas que estaban en vigor. Aunque no ande falta de razones, en lo que usted considera un acto de temeraria valentía, su Victoria ha comprado acciones para aburrir.
Su nieto, mientras tanto, dice estar comprando bitcoin por si las devaluaciones, y se pregunta: ¿en qué se estará este gastando el dinero? Hasta la pequeña de la casa pone su granito de arena y participa en la conversación. Ella dice que compraría árboles y flores y agua para hacer un mundo más bonito.
Distintos tipos de inversor, diferentes inversiones en un escenario como el actual que no es nada fácil. Mientras no temamos por la llegada de una nueva gran crisis debemos seguir una estrategia de inversión diversificada, que incluya activos de riesgo en una medida proporcional a nuestras características personales y circunstancias.
¡Ah!, háganle caso a la peque y coloquen entre sus inversiones árboles, flores y agua.