La publicación de los datos de creación de empleo no agrícola del mes de agosto solo confirmaba lo que ya se venía esperando desde que, días antes, se conociese el número por parte de la procesadora de nóminas ADP. El resultado, por lo tanto, era la creación de 235.000 nuevos puestos de trabajo frente a los más de 700.000 que esperaban los analistas. Jarro de agua fría que complicará la toma de decisiones en el seno de la Reserva Federal. A nivel índices, tanto S&P 500 como Dow Jones cedían algo de terreno, con los inversores buscando las compañías tecnológicas como refugio.
En Europa todo girará esta semana en torno a la reunión mensual del Banco Central Europeo, del que se espera un ligero cambio de discurso por parte de Christine Lagarde. Nada dramático, no se piensen que la economía común está preparada para un endurecimiento de la política monetaria. Según el consenso podemos esperar que la presidenta anuncie que no se renovará el programa de compra de activos de emergencia, establecido con la irrupción de la pandemia y los confinamientos. No obstante, eso no implicará un drenaje de liquidez del sistema, pues es probable que los vencimientos se vuelvan a invertir a través de otros mecanismos.
Los últimos cinco días también fueron positivos para las bolsas chinas, aun con toda la que está cayendo allí tras el recientemente renovado ánimo intervencionista del gobierno. De hecho, este tema ha preocupado tanto a los inversores extranjeros que su participación en los mercados de valores chinos cayó en agosto a su nivel más bajo desde 2014. En su intento de volver menos dependiente la financiación de sus compañías, Xi Jinping ha anunciado el lanzamiento de una nueva bolsa dirigida a pequeñas y medianas empresas.
Dicho todo lo anterior, la semana que hoy comienza lo hará, previsiblemente, con poca novedad, pues los mercados americanos cierran por la celebración del día del trabajo en Estados Unidos, cosa que siempre deja huérfanos a los inversores del resto de regiones.
Buena semana.