Durante la semana que hoy acaba pocas cosas han cambiado pero, a la vez, parece que muchas lo han hecho. Empezando por lo obvio, la guerra en Ucrania continúa y, al contrario de lo que muchos podíamos esperar tras conocer la noticia de que, según los propios participantes, las negociaciones serían ahora más constructivas y con demandas más asumibles que en su inicio, los ataques parecen haberse intensificado, incluyendo objetivos claramente identificados como civiles. Dicho esto, parece que las novedades diplomáticas (si se pueden llamar así en medio de una guerra) han pesado más en el ánimo de los inversores, pues las bolsas americanas ya encadenan cuatro sesiones de alzas consecutivas en el caso de S&P 500 y Dow Jones, y tres en el caso del Nasdaq Composite. El sentimiento fuertemente negativo parece haber necesitado solamente una chispa para que muchos comiencen a pensar que el castigo a los índices, sobre todo a los americanos, era excesivo. Parte de estas subidas vienen explicadas por la actividad de cobertura de posiciones cortas, lo cual vemos como una señal positiva.
La actitud de China también ha ayudado a este renovado período de compras, pues las declaraciones anunciando el establecimiento de nuevas medidas acomodaticias de ser necesario, así como una manifiesta preocupación por la profunda caída vista en los mercados de capitales se entendió como un guiño más hacia Estados Unidos que hacia Rusia. Dicho esto, el gigante asiático sigue de perfil en el conflicto, por lo que habrá que seguir monitorizando sus acciones. En cualquier caso, dichas declaraciones se celebraron en los parqués asiáticos de forma muy relevante en particular, y en el sector tecnológico mundial en general.
En materia de tipos, hoy el mundo tiene tipos más altos que hace una semana. Tanto Estados Unidos como el Reino Unido han endurecido sus políticas monetarias durante la semana, lo cual, para ser justos, ya estaba completamente descontado por los mercados y, por ello, no hace cambiar nada. Ya saben, “compra con el rumor, vende con la noticia”. La gran diferencia la encontrábamos en el mapa de puntos publicado por la Reserva Federal, en el cual se leía que serán seis subidas más las que se producirán durante este año 2022. Esto sigue siendo un calendario algo más intenso de lo que se esperaba, y ha llevado a las rentabilidades de los bonos a cotizar a niveles no vistos desde 2018. Dicho esto, las compañías de crecimiento, que suelen sufrir en entornos de subidas de tipos, no se han visto afectadas de forma relevante, prefiriendo atender a todo lo comentado previamente (negociaciones entre Rusia y Ucrania y declaraciones chinas, fundamentalmente) que al encarecimiento de sus tasas de descuento.
Buen fin de semana.