Pase lo que pase, hoy se elimina uno de los elementos de incertidumbre de todos los que tenemos hoy día. Convertidas casi en un plebiscito a Trump, las elecciones a Congreso y Senado de EE.UU. tienen mucho descontado, si bien la historia reciente nos ha enseñado a no dar ninguna votación por hecha. Pensemos, aunque solo sea por hoy, que pasada la cita, todo podría estar dispuesto para un rebote que se convierta en el rally de la Navidad de 2018.
Aunque haya elecciones, la vida continúa, como bien viene demostrando el mismo Donald Trump. Primero con un tono más repentinamente conciliador con China que nadie termina de creerse a la vista de los antecedentes. Y también con amenazas puntuales como las de ayer a las grandes tecnológicas, a las que advirtió estar vigilando si incumplen la legislación antimonopolio. Entre ellas Amazon, que en estos momentos tiene una huelga preparada para el Black Friday.
También Europa es un no parar. Aunque en vez de para adelante, sea para atrás. Por un lado Italia, que como el Reino Unido, ha sido capaz de unir a toda la Unión Europea en su contra, o más bien en contra de unos presupuestos que antes o después acaban teniendo consecuencias para la comunidad vecinal. Por otro España, donde nadie sabe si Sánchez va a intentar seguir gobernando con sus propias cuentas o si toma prestadas las del anterior Gobierno. Esto sin contar el lío de las hipotecas, que más de uno está especialmente contento.
Visto con cierta perspectiva y teniendo también en cuenta las diferencias notables de crecimiento entre EEUU y Europa, todavía tenemos el santo valor de preguntarnos por qué las bolsas de EE.UU. lo hacen mejor que las europeas, por qué la inversión extranjera prefiere EEUU sobre Europa y por qué aún queda mucho para que Europa algún día se acerque a EE.UU.
Buen día.