Aminora el riesgo de guerra comercial después de la reunión de ayer entre Juncker y Trump, de la que, en última instancia, salimos beneficiados los consumidores que tenemos que pagar un sobrecoste por todos aquellos productos y servicios protegidos por la máquina burocrática europea. Y es que aunque sobre lo más mediático no se han pronunciado, los coches, sí parece que de momento EE.UU. y la Unión Europea han alcanzado principios de acuerdo para liberalizar el intercambio de determinados productos, además de prometer equilibrar el saldo comercial entre ambos.
El cambio de rumbo en la política norteamericana se sigue haciendo notar en los resultados de las compañías. En la tanda de ayer Coca-Cola achacó en buena medida el incremento de beneficios a la bajada de impuestos, mientras que Boeing se está viendo favorecida por mayores ingresos en Defensa. Aunque la sesión de resultados en realidad esperaba a Facebook, que a pesar de incrementar el beneficio en cerca del 50%, se llevó un hachazo del mercado por no cumplir con el crecimiento de usuarios e ingresos. Y precisamente es eso, una compañía de crecimiento.
A nivel macroeconómico, el único indicador destacable fue el clima empresarial alemán medido por el IFO. Perdió una mísera décima que le sirvió para batir de largo las previsiones, pero sobretodo reforzó la idea del Bundesbank de que Alemania, y esperemos que por extensión el resto de Europa, enfrentan en los próximos meses un periodo de estabilización de la actividad después de haber experimentado una leve desaceleración.
Buen día.