Durante la pasada semana vieron la luz los datos adelantados de los PMI de la eurozona de junio, los cuales se vieron muy afectados por los precios energéticos y los problemas de las cadenas de suministro; vinieron a confirmar que la ralentización económica cada vez es más evidente. Poniendo en contexto dichas cifras (el dato compuesto fue de 51,9 cuando se estimaba 54,8), estas fueron las más bajas en 16 meses y la caída intermensual fue la mayor desde la crisis de 2008. Por suerte, nótese la ironía, los líderes del G7 se han dado cuenta de este hecho y durante la comparecencia del canciller alemán de ayer, este afirmó que “en algunos países caen los índices de crecimiento, sube la inflación, escasean los combustibles y las cadenas de suministro se bloquean”, por lo que actuarán de manera consensuada.
No obstante, a pesar de que los datos macroeconómicos ensombrecieron las expectativas de los inversores tal y como mostró el IFO alemán, estos aprovecharon durante la semana las caídas que habían sufrido los activos de riesgo para refugiarse en las acciones. En este contexto, la mayoría de los índices bursátiles cerraron en positivo, a la par que continuó la fuerte rotación entre sectores y estilos que muestra la indecisión de los analistas sobre en qué parte del ciclo económico nos encontramos.
Por el lado de la renta fija, en el caso americano, la rentabilidad exigida al Treasury se redujo en 14 puntos básicos ante el temor de que el Quantitative Tightening (QT) desencadene una recesión, dados los malos datos de PMI que mostró dicha región. De hecho, durante la semana la curva se aplanó y la pendiente del tramo 2-10 se redujo hasta los 2 pb. En el caso europeo, el foco estuvo puesto en el riesgo de suministro energético y el retardo del Banco Central Europeo a la hora de actuar en comparación con sus homólogos, lo que provocó una fuga de los inversores a la calidad e hizo que el rendimiento del Bund cayese un 0,22% hasta el 1,45% en la semana, a la vez que se ampliaron las primas de riesgo periféricas en 24 pb hasta los 132 y en 16 hasta los 216 para Estaña e Italia, respectivamente.
Finalmente, esta semana tendremos citas de cierto calado que influirán en el devenir de los mercados, puesto que los gobernadores de los principales bancos centrales se reunirán en un evento organizado por el BCE en Sintra, Portugal, donde Lagarde podría dar alguna pista acerca del nuevo instrumento anti-fragmentación. También se celebrará la cumbre del G7, donde abordarán distintas alternativas estratégicas para presionar a Rusia, así como revisar la posición de China. En el apartado macroeconómico, el foco estará puesto en los datos de PMI manufactureros de junio de las principales regiones económicas a nivel mundial (China, EE.UU., eurozona) y el IPC armonizado de la zona euro del mes de junio.
Feliz lunes.