Buenos días.
Son tantos los años que llevamos entre estímulos que lo que era excepcional ha pasado a tratarse como normal.
El viernes tuvimos lo que podría ser una muestra de la reacción de los inversores a una subida de tipos en EEUU, porque a pesar de las continuas advertencias de los miembros de la Reserva Federal, los mercados preferían no entrar a valorarlo como una posibilidad real.
El presidente de la Fed de Boston, Eric Rosengren, fue el último en sumarse a la corriente que aboga por continuar con la normalización monetaria la semana que viene. Ya son muchos los representantes del regulador norteamericano que se han posicionado a un único y nítido color en las apuestas, lo que en suma y un solo día provocó el fuerte retroceso de Wall Street. En conclusión, los inversores no querían ver que otro movimiento de la política monetaria de EEUU era más que posible y ahora se abre un escenario quizás altamente volátil y difícil de predecir.
Europa no depende de la Reserva Federal… sólo en la teoría, pues en la práctica todos lo hacemos. Sea lo que sea que ocurra con los tipos de interés estadounidenses, aquí se tendrá que notar, y muy probablemente en la misma dirección en que lo hagan las bolsas de aquel país. Respecto a los indicadores económicos del pasado viernes, ni la producción industrial francesa ni el superávit comercial alemán supusieron una alegría, pues el primero mostró contracción de la actividad del sector secundario, mientras el segundo retrocedió posiciones.
Si hablábamos de datos macroeconómicos, Japón tiene motivos para creer en algo, pues ya son dos los meses consecutivos en que los pedidos de maquinaria suman en positivo. Aunque la inversión privada muestre buen tono porque los pedidos crecen, eso no no quita que el Banco de Japón pueda seguir interviniendo en los mercados financieros otro poco más próximamente.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones