Sería impresionante ver el bono español a 10 años en terreno negativo, de lo que, por cierto, no estamos tan lejos. Frente a la mucha gente que ve la referencia nacional en terreno del 1-1,10%, está la política (la monetaria y la, llamémosla, dialéctica) para llevárselo al 0,27%. En este caso, a todo el efecto que el QE tuvo, y sigue teniendo en las TIR de los bonos, se suman las palabras del Gobierno italiano, el cual tratará de rebajar su déficit para este año y cumplir así con Bruselas. El diferencial de la deuda transalpina caía y nos contagiaba al resto de periféricos.
Hablando de la capital europea, tras un aplazamiento, los miembros de la Unión han conseguido poner un nombre sobre cuatro de los importantes sillones que quedaban vacíos. Algunos de ellos son viejos conocidos por todos. O mejor dicho, más populares. Así, Mario Draghi dejará su puesto a la francesa Christine Lagarde, hasta ahora presidenta del FMI, que será la primera mujer en ostentar este puesto. La Comisión Europea será encabezada por la alemana Ursula Von der Leyen, hasta ahora ministra de Defensa en el Gobierno de Merkel. La dirección del Consejo recaerá sobre Charles Michel, primer ministro belga. Y el alto representante en política exterior, un viejo conocido: Josep Borrell. Una francesa, una alemana, un belga y un español. Podría ser un chiste, pero esperemos que no.
En Estados Unidos todavía no tienen claro cómo tratar con Huawei, pues aunque el veto a la tecnológica china fue levantado, se dice que voces autorizadas creen que debe ser tratada como si siguiese sancionada. Probablemente no sabremos la verdad hasta la próxima semana, ya que mañana jueves es 4 de julio, Día de la Independencia, la festividad más importante de los americanos. Desde la mentalidad española eso significaría que el viernes sería (oficiosamente) un puente más grande que el propio Golden Gate. Si algo deberíamos exportar y con lo que seguro tendríamos éxito son nuestras costumbres. Y el jamón.
Buen día.