Buenos días.
Con el fin de semana por medio, parece que los inversores y no inversores han (hemos) digerido mejor la sorpresa infravalorada del brexit.
El desplome en los mercados siguió las pautas establecidas por el miedo a la incertidumbre de lo que sucederá a partir de ahora, pues los riesgos políticos son tanto externos, con todo los movimientos antieuropeos por todo el continente, como internos, pues además de la dimisión de Cameron, la guerra dentro de los dos grandes partidos ya ha llegado. Y esto sin mencionar las amenazas de Escocia o Irlanda del Norte, ya sea de irse o de parar el proceso de «desconexión».
Ante la búsqueda de refugio por parte del mercado, es decir, demanda de dólar, yen, franco, Bund u oro, la reacción de los bancos centrales no se hizo esperar. Para evitar la apreciación de sus divisas en algunos casos o para tratar de insuflar algo de calma en algunos. En cualquier caso, el mensaje del BoE y del BCE, de tener más liquidez preparada, produce un efecto balsámico que levanta dudas en un mundo en el que precisamente es liquidez lo que ni mucho menos falta. Algunas otras consecuencias de la salida del Reino Unido de la UE son la futura pérdida de la AAA que S&P ya ha avanzando o las dudas sobre cuándo subirá tipos ahora la Reserva Federal. Y esto por no hablar de las posiciones que las partes deben tomar para unas negociaciones que nadie pensaba que iban a hacerse realidad.
Aquí en España el brexit era el brexit, pero las elecciones eran las elecciones. El resultado final, que aleja la posibilidad de que se reviertan muchas de las políticas adoptadas en los últimos años, debería ser bien acogido por los inversores. Aunque por supuesto que no todo serán sonrisas hasta que no quede claro que esta vez sí hay Gobierno. Sin saber bien si el referéndum británico ha tenido impacto o no sobre los votantes españoles, lo cierto es que éste es el primer país europeo en varios meses que ha podido frenar el empuje de los partidos con tendencias más contrarias a los mercados.
En momentos como los actuales, el impacto de los fundamentales es inexistente, lo que no quita que el calendario de indicadores siga su curso. El clima empresarial alemán IFO sube en junio, lo que demuestra que no ha reflejado el brexit en la muestra, algo que posiblemente también ha sucedido a la hora de medir el ligero retroceso de la confianza de los consumidores de EEUU. También Francia publicó un crecimiento del PIB apalancado en el consumo del sector privado y del público, mientras que los pedidos de bienes duraderos estadounidenses caían más de dos puntos porcentuales, haciendo honor a la alta volatilidad de este dato.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones