Buenos días.
Otra vez los bancos centrales han vuelto a aparecer en escena para capitalizar toda la atención de los mercados y dejar en nada a todo lo que en otras circunstancias debiera dirigirlos. A estas altura el BCE ya ni se molesta en tratar de evitar confirmar que en diciembre habrá novedades sobre el QE, o que por lo menos las probabilidades de que así sea son inmensas. El Banco de Inglaterra se ha inclinado por seguir una línea más laxa de la que podría esperar hace escasas semanas y no se espera subida de tipos inmediata. Y por último está la Reserva Federal, cada día más inclinada a que diciembre suponga el punto y final al largo periodo de políticas monetarias muy fuera de lo normal.
Con los directores de los bancos centrales enfangados en la lucha por y para la inflación, entre otros muchos objetivos, lo cierto es que la actividad económica sigue dando pequeños pasos en la dirección correcta. Aunque no todos los días sale el sol en Europa, como ayer, donde ni las ventas minoristas de la zona euro ni la producción industrial alemana fueron capaces de crecer, aunque sí al menos la Comisión Europea revisó al alza las previsiones de crecimiento de la región.
EEUU afronta hoy otra ronda de indicadores vitales que pueden marcar el futuro de las decisiones en el seno del FOMC. El informe de empleo correspondiente a octubre está obligado a mejorar, aunque sólo sea ligeramente, las cifras de los dos meses precedentes, con lo que dar más argumentos para el endurecimiento de los tipos. En contra, el paro semanal alcanzó máximos de los últimos tres meses, aunque la volatilidad de este dato le resta significación.
Buen fin de semana.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones