El foco de la pandemia vuelve a su origen. Empieza a preocupar, y mucho, los datos de contagios que está reportando China en los últimos días. Más allá de la exactitud de sus números, que siguen estando en niveles muy por debajo de los de los países desarrollados, estos están siendo los más altos desde hace muchos meses. Puede que la poca efectividad que se demostró posteriormente de la vacuna Sinovac sea la causa, o puede que la variante delta está causando estragos. Sea lo que fuere, el impacto podría extrapolarse al resto del mundo vía la rotura de la cadena de suministros.
Sería un nuevo problema para las compañías americanas, las cuales ya han sufrido los cuellos de botella de muchos de los componentes de sus productos. Por ahora los resultados empresariales están siendo muy positivos y las guías, cuando menos, halagüeñas. La nota negativa la podríamos ver hoy si, tal y como indicaba el dato de nuevos empleos publicado por la procesadora de nóminas ADP, la creación defrauda quedándose por debajo de lo esperado.
Ayer el centro de atención viajaba hasta Londres, donde el Banco de Inglaterra mantenía intacta su política monetaria, con los tipos de interés en niveles casi mínimos y las recompras de activos estables. No obstante, lo que sí cambió fue su estimación de inflación, la cual, no obstante, esperan que sea coyuntural por lo que no se planteó ningún movimiento restrictivo en el corto plazo.
Pero la noticia del día, para disgusto de Mark Carney, no fue el hecho de que no haya cambios en el seno del BoE, sino que Messi no va a seguir en el Barça. Suerte que el equipo no cotiza en bolsa, como otros rivales que sí lo hacen, pues la caída bursátil podría haber sido incluso peor que su temporada pasada.
Buen fin de semana.