Los principales índices mundiales se apuntaron subidas importantes durante la jornada del miércoles (S&P 500 +0,75%, Nasdaq +0,69%, Eurostoxx 50 +2,36%) animados por los datos de inflación que hemos ido conociendo en Europa. El Eurostoxx 50 lleva un +4,75% en apenas tres sesiones, gracias al buen comportamiento de prácticamente todos los sectores. Una subida coral que suele ser indicativa de fortaleza. En Estados Unidos, en cambio, salud y tecnología no terminan de despegar. Aunque habría que matizar: si excluimos Tesla, Apple y Microsoft (ayer un analista de UBS decidió cambiar su recomendación de comprar a neutral y la compañía dio luz verde al su primer sindicato) la evolución es bastante mejor de lo que reflejan los índices.
El día estuvo marcado por el dato de IPC de diciembre de Francia (-0,1% vs. 0,4% estimado), que permitía bajar del 6% en términos anualizados (5,9% vs. 6,4% estimado). Además, el índice de precios de importación en Alemania caía más de lo esperado (-4,5% vs. -1,6% estimado). Esto da algo de aire a las maltrechas previsiones económicas de la eurozona. Asimismo, los datos de actividad de la región sorprendieron al alza —de hecho, el PMI compuesto de la zona euro se quedaba en el 49,3— y se quedan cerca del punto de equilibrio (50). No parece tan clara la recesión en el Viejo Continente.
Fuente: Factset
En EE.UU. los datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales muestran que el número de vacantes de empleo en noviembre fue de 10,45 millones (frente a los 10 esperados). La economía estadounidense sigue sin dar muestras de agotamiento, si bien el índice ISM manufacturero salió ligeramente peor de lo que esperaba el mercado (48,4 vs. 48,5 estimado). En cuanto al acta de la última reunión de la Reserva Federal, poca novedad. Quizá lo más destacado es que ningún miembro predice recortes en los tipos de interés en 2023, algo que no cuadra mucho con las previsiones del mercado; y algunos de ellos enfatizaron la importancia de comunicar que una desaceleración en las alzas no debe tomarse como una indicación de cambio en la política monetaria. Mientras tanto los futuros de los fondos federales siguen sin creerse este mensaje:
Fuente: Bloomberg
Un buen momento para recordar el famoso «Don’t fight the Fed!».
Felices Reyes.